Ya es bastante difícil poder conciliar el sueño, tener que
acallar a tu conciencia que constantemente te recuerda que vives en un
entramado de mentiras y egoísmo junto al cinismo más extremo y tú, como ser
individual, tienes ninguna o casi ninguna posibilidad de poder modificarlo. Ya
es lo bastante difícil convivir con amigos, familiares o seres queridos que se
han visto forzados a precarizar sus condiciones laborales. Eso el que más
suerte tiene pues parece que lo natural es que no hubiera condiciones laborales
que precarizar.
El mundo ya es suficientemente duro aunque nunca deja de sorprendernos. Su crueldad es interminable. Quizá expreso mis pensamientos con un planteamiento equivocado pues en cierta forma, el mundo, como un recipiente que almacena la naturaleza puede mostrarse de forma cruel ante el ser humano: quizá por la incapacidad del mismo de detenerlo. Aunque he de suponer que coincidirán conmigo en que nadie gana al ser humano en crueldad.
Y no es una situación nueva, no es la crisis que genera un
sistema injusto sino es la crisis quien expone las evidencias a todos aquellos
que han tenido oportunamente un velo en sus ojos. Querían suponer que el sistema estaba bien
diseñado, pensado para apoyar –nunca en exceso- a todos aquellos desfavorecidos
y que uno, como ser cultivado, con estudios y una formación demostrable nunca
se quedaría fuera de la rueda. Es más, podría aprovechar su inercia para tratar
de llegar más lejos. La realidad es que llegaban tan lejos como alguien, por
encima, les dejaba llegar. De los cuellos que se han pisado en España podríamos
hacer museo.
Mentiras Estatales. Manipulación
El Roto |
He visto pocos ilustradores más geniales que El Roto,
siempre me sorprende pues parece que me está leyendo la mente. Mi mente. Un
campo de cultivo de ideas que muchas veces me cuestiono si son propias o no.
Recibimos tal bombardeo de información que discernir entre lo real, lo
ficticio, lo manipulado, lo verídico que no es que se convierta en una ardua tarea, es simple y
llanamente imposible. Algo muy relacionado con la educación de la población,
que basa sus argumentos en Ad Hominem y la falacia del argumento Ad Verecundiam. El propio Estado se protege expandiendo una red de mentiras
unidas a números manipulados de origen pese a realizarse por empresas
independientes que a la praxis no son tan independientes.
El pueblo tiene lo que se merece
La primera de las
grandes mentiras del stablishment: El pueblo tiene lo que se merece. En el caso
de España la realidad no podría ser más distinta.
Un
argumento expuesto por las elites para legitimar sus fechorías, sus crímenes.
Un argumento que responsabiliza de forma directa al ciudadano de a pié que nada
tiene que ver con la evasión fiscal de millones de euros del señor Emilio Botín,
la venta de empresas públicas españolas a empresas privadas extranjeras sólo para el beneficio político –y posible económico- de una élite extractiva dirigente o, mismamente, la multiplicidad de cargos -hecho que prácticamente solo sucede en la política o los grandes círculos empresariales, pues el ciudadano de a pié no suele tener más de un trabajo y si lo tiene no es por ser un ejectivo de éxito, lo es por necesidad imperiosa-.
El Roto |
¿Qué responsabilidad tiene un ciudadano de a pie de ser
engañado por una casta parasitaria? La responsabilidad de elección de que casta
le engañará y manipulará. En una partidocracia controlada por dos grandes
bloques que permiten la distinción entre rojo y azul no facilita huir
rápidamente del engaño. Cuando los partidos minoritarios no tienen
representación en los telenoticias, cuando acceden a menores cotas de poder y
por lo tanto de difusión, el ciudadano medio no puede hacer otra cosa que
percibir a dichos partidos como inefectivos. Votará pues a los que percibe como
opciones reales de cambio.
Esa es toda la responsabilidad del ciudadano, la elección de
una u otra casta política, un juego que se está terminando gracias a Internet
que facilita no solo el contraste de información, a la que anteriormente sólo
unos pocos periodistas podían acceder, sino también a los medios de
comunicación alternativos que facilitan el desmantelamiento de las mentiras del
stablishment.
Cierto es, el ciudadano elige su amo, pero no puede ser
responsabilizado por sus decisiones, pues éstas pertenecen íntegramente al amo
quien decide ejecutarlas o no ante la impotencia del ciudadano sumiso que no
puede hacer nada más que quejarse. Un ejemplo básico lo tenemos con la ILPproporcionada por la plataforma PAH que el PP decidió modificar a su gusto.
Despotismo gubernamental.
Demasiada economía sumergida
¿Qué tipo de responsabilidad pueden pedir dirigentes, a cada cual más corrupto, a un pueblo que hace lo necesario para sobrevivir? Desmenucemos las mentiras: El mito de los pagos en negro, la evasión fiscal de los miles de millones de autónomos es otro ejemplo del despotismo de los poderes gobernantes que protegen el desfalco de las grandes empresas y aprovechan para culpabilizar a los pequeños emprendedores –o autónomos-. Veamos algo de números.
¿Quién carga con el peso fiscal en España? Según nuevatribuna.es autónomos y pymes conforman el 97% del tejido empresarial
español, mientras que el 3% restante lo forman grandes empresas. Los datos nos
indican que el fraude fiscal español, que alcanza los 42.700 millones de euros,
está monopolizado en un ≈72% por las grandes empresas, mientras que el ≈18%
restante corresponde pymes y autónomos, representando estos últimos el 8,5% del
fraude fiscal total en España.
Podemos ver pues que un 3% defrauda alrededor de 30.744
millones de euros anuales. Para que nos hagamos una idea orientativa de lo que
supone tal nivel de fuga de capital podemos observar los presupuestos generales del estado de 2013 que destinan alrededor de 27.000 millones de euros anuales
para pagar las prestaciones de desempleo, aproximadamente el 27% de la población a efectos
prácticos –recordamos la enorme manipulación que existe en las cifras del paro,
el mayor efectismo político hoy en día-. Hablamos pues de que nos saldría “gratis”,
como Estado, pagar todas las prestaciones por desempleo si el fraude fiscal se
tratara de forma rigurosa. Como contrapunto, el 18% de pymes y autónomos suponen
7.686 millones de euros equivalentes al presupuesto de Justicia y Defensa del
año 2013. Para más inri aumentaríamos el capital del Estado en los 42,7 mil
millones que podríamos repartir entre diferentes partidas.
Pese a la importante cifra de 7,6 mil millones de euros defraudados
por pymes y autónomos los números resultan incomparables frente a los más de 30
mil millones de euros defraudados por un 3%. El gobierno –todos ellos-, una vez
más haciendo alarde de despotismo, criminaliza las prácticas de un 97% de los pequeños
empresarios y/o autónomos y obvia las alarmantes cifras de las grandes empresas
con un intento, una vez más, de criminalizar al ciudadano. Divide y vencerás,
genera una imagen de que tu prójimo es culpable de tu desastre para que no te
atribuyan a ti la carga. Resulta demasiado evidente.
Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades
Ada Colau explica en el documental €uro €stafa como la mentalidad de los años de 1997 a 2005 propició el auge de la burbuja inmobiliaria en todo el país. Durante ese periodo la vivienda aumentó su valor en un 177%, siete veces el crecimiento salarial durante dichos años. Llegando a triplicar la producción de inmuebles de 1995 a 2006.
El girar de la rueda hizo que el sector bancario tomara
partido en la especulación inmobiliaria llegando a implicarse activamente en la
compraventa de viviendas con un único fin especulativo. De esta forma podrían
ofrecer mejores condiciones, tales como tipos bajos de interés, largos plazos
de pago y una fuerte política de crédito hipotecario que instaba a todo cliente
comprarse una nueva casa independientemente de su edad, condición o salario,
llegando a realizar préstamos a personas con un sueldo inferior a las cuotas a
pagar.
El crédito fluía a toda pastilla, fomentado por las
concesiones de bancos extranjeros -principalmente alemanes aunque también de
mercados internacionales emergentes y de E.E.U.U.- pues España, como tal, no
tenía el poder adquisitivo para realizar tantas concesiones, obras nuevas,
urbanizaciones, obras públicas y demás inversiones tanto estatales como
privadas. Eso permitió la burbuja.
Como el dinero solo se centraba en un sector –el inmobiliario-
su precio y valor crecían de forma exponencial, dejando al resto de sectores de
inversión como poco rentables, pues en comparación con el inmobiliario ningún
otro sector podía aportar tanto beneficio. Los pequeños ahorradores entendieron
el mensaje de los bancos, constructoras, inmobiliarias y el Estado: había que
invertir en ladrillo, todo lo demás era tirar el dinero o, en su defecto, dejar
de ganarlo.
La mala praxis bancaria basada en la especulación trajo con
ella una holeada de hipotecas basura que responsabilizaban de cualquier quiebra,
desvalorización del activo, imposibilidad de pago o demás tipos de problemas al
cliente, forzándolo a aceptar las condiciones impuestas del banco para acceder
a un crédito –para entonces necesario para poder comprar una vivienda, pues el
precio era tan desorbitado que ningún ciudadano corriente podría asumir sin
financiación-. Muchos jóvenes se vieron obligados a aceptar las condiciones
bancarias con tal de poder emanciparse.
Centrémonos en las
responsabilidades: si el aumento desmedido de la burbuja inmobiliaria no tubo,
en ningún momento, algún tipo de freno por parte de las fuerzas políticas
entendemos que las malas prácticas asociadas a la misma repercuten sobre la
responsabilidad gubernamental y, evidentemente sobre los creadores de tales
prácticas, en su mayoría bancos, inmobiliarias, promotores y constructores.
Anónimo |
No os dejéis engañar. Mientras el ciudadano de a pié no
pueda tomar las decisiones de gestión de sus impuestos, los modelos educativos,
empresariales, territoriales, políticos, sociales y de defensa no tiene ninguna
responsabilidad de las decisiones tomadas por otros. Mientras el ciudadano
otorgue poder y legitimidad a poderes fácticos contraproducentes para la
evolución natural y moderna de la sociedad a un marco más justo y sostenible
caerá sobre él o ella el yugo de la responsabilidad moral y ética de poner en
el poder a entes indeseables que entorpecen el prosperar de nuestro país.
El caníbal
El caníbal
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