A estas alturas suponemos que el lector está al día sobre el
nuevo canon que se pretende imponer a webs, blogs o incluso redes sociales que
enlacen noticias de ciertos periódicos en Internet. Una brillante e impresionante
medida, magnífica, única ¡Que salvará la prensa de toda España! Nuestra ¡España!
¡Una! ¡Grande! ¡Unida!
Sarcasmos aparte, la AEDE (Asociación de Editores de Diarios
Españoles), o mejor dicho: PRISA, Vocento, Grupo Zeta, Unidad Editorial, Grupo
Godó, Editorial Prensa Ibérica (y una extensa lista de dominios)… pretende que los usuarios y webmasters paguen
un canon por compartir enlaces de sus diarios en Internet. La locura se apodera
de un sector absolutamente en decadencia, incapaz de adaptarse a los nuevos
tiempos y que trata de atrasar su destino –la muerte- a base de medidas
desesperadas y absolutamente inútiles.
Que pretenden conseguir
Bajo el -falso- pretexto de una contra prestación a los periódicos por una -falsa- pérdida de visitas en sus webs, pretenden, a mi modo de entender, re captar algo de dinero a
base de una especie de impuesto revolucionario por una clara falta de lectores,
cada vez más abismal. Como nadie paga por las noticias de internet, los nuevos
periódicos online (que muchos de ellos no forman parte de AEDE), los nuevos
bloggers así como los servicios de intercambio de links como Menéame, le están quitando el pan a unos dinosaurios vendidos al capital y,
obviamente, al gobierno central que se encarga de subvencionarlos con dinero público
a cambio de una “buena afinidad informativa” (siendo algo eufemístico).
Seguramente algún buen consejero del CNI habrá leído nuestro anterior artículo, donde poníamos a parir la incapacidad tecnológica de
nuestros dirigentes. Haciéndoles entender que los nuevos pensamientos
revolucionarios tienen Internet como cuna y cobijo. Su intencionalidad –política-
es cortar con el contra periodismo, dando un voto a favor, una vez más, al nauseabundo
sector oficialista.
Con ello España se convierte, una vez más –y una vez más no
nos extrañamos- en una vergüenza internacional. Sinónimo de represión y
fiscalización de todo aquello que puede acabar con el status quo generado por
la casta oligárquica dominante. Es decir, un ejemplo más de la prohibición de
todas aquellas actividades que ponen en peligro un chiringuito que cada vez se
aguanta menos.
Que van a conseguir
Van a conseguir una caída enorme de visitas online de los
diferentes periódicos oficialistas físicos (se habla ya, como mínimo, de una caída de 2
millones de visitas mensuales que genera Menéame, por ejemplo) que,
para nada, irá acompañada de una subida de venta de ejemplares físicos. Ya
pueden olvidarse de eso. Los menos avispados seguirán leyendo los discursos
oficialistas sin comentarlos, sin compartirlos, minimizando su efecto social y,
por lo tanto, disminuyendo el impacto en internet de las noticias generadas por
dichos individuos propios de la casta periodística de este lamentable país.
Como contrapunto, y posiblemente una de las
intencionalidades directas de ésta ley trampa (claramente manipulada y con una
segunda lectura) es la de volver a unificar los puntos de información por parte
de la población. Se acabó eso de leer en diferentes periódicos (mediante
enlaces en redes sociales / Menéame / blogs…) las noticias generando así un pensamiento
crítico en el usuario. A partir de entonces los lectores volverán a sus
antiguas costumbres, leer solo y únicamente los diarios afines a su pensamiento
político, permitiéndoles manipular de nuevo a tales insensatas mentalidades.
Los más avispados buscarán medios de información
alternativos, fomentando el contra periodismo. Nuevos medios que posiblemente
pueden transmitir un mensaje anti-stablishment, en mayor o menor medida, que,
contrariamente a lo que pretenden conseguir, se difundirán de una forma más rápida
y popular. Hablamos pues de artículos de opinión ajenos al stablishment
periodístico.
En 2008 ya buscaban chuscos de pan que llevarse a la boca |
Posiblemente, y siendo algo optimistas, periodistas con
algún tipo de concepto de la ética y la honorabilidad dejarán de trabajar para
los grandes periódicos para montar sus sitios online de forma barata y con
intencionalidad de beneficio económico, segmentando así la fuerza de la prensa
oficialista. Google News España
posiblemente cerrará, Facebook y Twitter España cerrarán, y a ello va ligado el
despido de todos los trabajadores vinculados a estas empresas.
Económicamente nadie ganaría, y solo perdería España. Las
empresas migrarían su sede del país y, a posteriori, dejarían de
ofrecer sus servicios en la Península. Mientras que, por otro lado, las
empresas que no puedan migrar y se vean afectadas por el “canon Google” se verán
obligadas a cerrar. Una vez más una
jugada brillante para impulsar la economía española. Bueno española, de algunos
españoles.
Pero, una vez más, le han demostrado a este triste caníbal
que Internet sigue siendo nuestro seno, nuestro nido y el verdadero cobijo de
la revolución. Pues los asociados de la AEDE acaban de colocarse una pistola en
la cabeza y nos toca a nosotros, los verdaderos hijos del quinto sol, apretar
el metafórico gatillo. Sin darse cuenta acaban de inmolarse –también metafóricamente-
ante los miles de millones de jóvenes que tienen claro la forma de actuar de la
casta.
Lo peor que podían hacer, vincularse con la casta, adoptar
su postura, tratar de blindarse a toda costa e ir siempre en busca del dinero
acabará dinamitando una débil industria que no sabe dónde ubicarse tras la
salida de Internet. Una vez más, vuestro desconocimiento del medio hará que
caigáis en aguas pantanosas de las que os costará demasiado esfuerzo salir.
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